Dolor crónico

No todo dolor es igual... De la misma manera que existen diferentes tipos de enfermedades, también existen distintos tipos de dolor. Incluso el propio dolor puede variar de un día a otro. Cada individuo precisa un plan personal para controlarlo. Aquello que le funciona a uno puede no servirle a otro. Es posible que deba probar varios tratamientos antes de encontrar el adecuado para usted.

Cambie su actitud hacia el dolor Se puede aprender a controlar el dolor al tomarlo como una señal que debe cambiar mediante acciones positivas. Su mente juega un papel importante en la forma en que percibe el dolor y responde a la enfermedad.

Tome las Riendas Debe crear una sensación de control personal por medio de la adaptación de sus pensamientos y acciones.

El Psicólogo ha demostrado ser eficaz en todo tipo de patologías, desde las enfermedades de curso crónico, hasta en los procesos musculoesqueléticos de duración puntual.

El tratamiento debe ser adaptado a las características de los pacientes, generalmente unidos por las características comunes del dolor y/o discapacidad, y la intervención debe ir dirigida a paliar las consecuencias de este dolor y discapacidad y a mejorar la calidad de vida del paciente, promoviendo el afrontamiento activo y eficaz.

El apoyo psicológico puede servir para:

  1. Minimizar el impacto del diagnóstico, y ayudar a que el paciente comprenda su enfermedad. La percepción del paciente sobre su problema determina su conducta, la motivación y la adherencia a las prescripciones terapéuticas.
  2. Concienciar al paciente sobre lo importante del correcto uso de los fármacos, la importancia de la realización de los ejercicios, etc…
  3. Prevenir y corregir las emociones negativas fuertemente asociadas a estas enfermedades (ansiedad, depresión e ira) y promover emociones positivas en el paciente.
  4. Promover el afrontamiento activo del problema y evitar que el paciente entre en el círculo vicioso de la desesperanza y el abandono.
  5. Ayudar al paciente a mantener una vida social y sexual adecuada, proporcionando recursos para adaptarse a la nueva situación.
  6. Convertir al paciente en un mejor gestor de su salud. El paciente reumático ha de tomar las riendas de su enfermedad y lograr en este aprendizaje un automanejo eficaz que mejore su calidad de vida global.